Soy como uno de aquellos coches fabricados
en repúblicas soviéticas herméticamente cerradas,
aparatoso, sin alardes de diseño,
aunque resistente: dos averías graves
de las que quedó cicatriz -y aun así el coche
sigue funcionando, trampeado, pero fiable.
Soy como uno de esos camaleones
que cambian el color de su piel según el entorno:
puedo adaptarme, pero no volverme transparente.
Como la piedra que lentamente
el agua del río deshace:
un insistir contra lo que soy sin resignarme.
"Autorretrato" de Martín López-Vega.