VIAJAR hacia la muerte
carece de sentido.
O tal vez, no.
La muerte es una barca
que termina perdida
no se sabe en qué mar.
Al menos que el infierno
sea un fondo marino
y el cielo un arbolado,
un monte en el que el fuego
pide agua y nos lleva
a un río en el que Dios
nos reciba nadando.
«Una barca perdida», FERNANDO DELGADO
FERNANDO DELGADO ha publicado Proceso de adivinaciones (Hiperión, 1981) Autobiografía del hijo (Pre-Textos, 1995), Presencias de ceniza (Identidad, 2001), El pájaro escondido en un museo (Pre-Textos, 2010) y Donde estuve (Vandalia, 2014). Antes ya se había editado en Tenerife su primer libro de poesía, Urgente palabra, Premio Julio Tovar 1968, y Mísero templo, Premio Antonio de Viana 1969.
Ha publicado 13 novelas. La primera, Tachero, en 1974, con la que recibió el Premio Benito Pérez Armas. Con Exterminio en Lastenia logró el Pérez Galdós en 1980. Y fue en 1995 cuando obtuvo el premio Planeta por La mirada del otro. En 2015 recibió el Premio Azorín por Sus ojos en mí y en 1994 ya había publicado Cambio de tiempo (artículos y ensayos), Parece mentira en 2005, Paisajes de la memoria en 2010, y en 2017, Mirador de Velintonia, un libro de recuerdos de una parte de la sociedad literaria española en torno a la figura de Vicente Aleixandre.
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, obtuvo el Premio Europa en Salerno en 1986, el Ondas Nacional de Televisión en 1995, la Antena de Oro de la Asociación de profesionales de Ra-dio y Televisión ese mismo año y el premio Villa de Madrid de periodismo (Mesonero Romanos) en 2006. El gremio de bibliotecarios de la Comunidad Valenciana lo distinguió como bibliotecario de honor.