Esta es la historia de una familia normal en la España de los ochenta. Que no escucha a Joan Manuel Serrat ni a Luis Eduardo Aute, que tiene más revistas de corazón que libros en las baldas y que no vota a Felipe González. Que admira a Manuel Fraga y a Rocío Jurado. Que ríe a carcajadas con Lina Morgan y corea a Raphael en los conciertos. Es la historia de la menor de la familia, una niña que, acostumbrada a ver siempre los toros desde la barrera, tendrá que digerir de adulta la hecatombe de los suyos. Es entonces cuando accede a toda la información que le había sido vetada por ser la más pequeña y se da cuenta de que el mundo se divide entre los que cuidan y los que son cuidados. Los parques de atracciones también cierran es un relato en primera persona sobre el miedo, la vejez y la enfermedad, sobre cómo entregarse es gastarse. Sobre la enorme responsabilidad que implica convertirte en tutor legal de los que fueron tus padres y la cruda experiencia de perderlos. La crítica ha dicho... «Conmovedor hasta la lágrima y divertido hasta la carcajada. Un debut deslumbrante». Pedro Vallín «Ángeles mira de frente a circunstancias por las que tantos hemos pasado o vamos a pasar, y su mirada es sensible sin ser cursi, dura sin ser hiriente, hilarante sin ser vacua». Paloma Rando «Lleno de humor, ternura e inteligencia. Un hondo y lúcido relato sobre la familia pero sobre todo, un homenaje a ellos, los padres, y a esa palabra, hogar, que tantos años tardamos en comprender». Laura Ferrero «Ángeles ha escrito un libro sobre la vida. En mayúsculas. Sobre la vida misma, sobre la muerte, sobre el amor». Jorge Javier Vázquez